jueves, 10 de mayo de 2012

La pieza clave del puzle


El tiempo se iba a parar solamente durante un minuto… poco; pero suficiente como para poner a prueba su inconexo plan. Bueno, eso de inconexo es la percepción que ella tenía de él, pues si un observador ajeno, como tú que lees estas líneas, pudiese valorar su plan sería de todo menos inconexo. Yo lo definiría como un plan excesivamente puzleriano. (Nota del autor: la palabra puzleriano no existe pero viene de puzle… algo puzleriano… algo con estructura de puzle). Así, aparentemente encajadas muchas de las piezas de ese puzle infinito que es la vida, ella se disponía a poner la pieza clave a la que se adosarían todos los bloques que ya tenía terminados. Ella sabía dónde estaba esa pieza desde hace mucho tiempo pero aún no se había atrevido a ponerla, pues aunque supondría un efecto muy positivo: podría ver con claridad su pasado y su presente… escondía otro no tan positivo… ¡podría ver su pasado y su presente! 

Seamos serios, ¿qué hay de malo en ver tu pasado y tu presente? Nada, pero… ¿y si se lo preguntas a alguien que está a las puertas de su muerte? Seguramente verá un abismo que podrá ser muy agradable o muy todo lo contrario… según como ajuste sus cuentas con su presente y pasado: el presente lo tendrá jodido (¡que se va a morir!) pero no hay obligatoriedad en que también lo esté su pasado… puede haber sido muy agradable… o muy todo lo contrario.

Pues bien, nuestra amiga cogió esa pieza… ¡la pieza clave! Aparentemente no había nadie alrededor que fuese a advertir el momento pero ella sabía que no por ello iba a ser menos importante, pues iba a poner la pieza clave: ni más ni menos que contemplar su presente y su pasado sin siquiera estar cerca de la muerte (la conozco… aún está viva… ¡y vaya si lo está!).

Pues bien, miró a su alrededor… no había nadie. Era el momento: ordenó sus pensamientos, puso la pieza y visionó la proyección de su presente y de su pasado…. ¡era su futuro! Tan fácil verlo como imaginárselo… tan fácil y tan difícil como usar la imaginación. (Nota del autor: ¿y tú usas la imaginación para ver cómo será tu futuro? Te reto a que te atrevas en este preciso instante a gastar un insignificante minuto de tu vida pensando en cómo será tu futuro en base a tu presente y pasado).

Después de ese minuto de clarividencia te preguntarás… ¿y qué fue de esa chica? Analicemos… lo único que sabemos de ella es que tenía el reto de ver su pasado y su presente para ver proyectado su futuro. Pues bien, si gastaste ese minuto que se te reclamaba en el párrafo anterior no sólo pudiste ver tu futuro (los gabinetes de astrología lo cobran más caro) sino que además acabas de ser protagonista de esta pequeña historia (por llamarlo de alguna manera). ¿Te ha gustado el final? Si prefieres no ser protagonista, piensa que la de la historia es la primera chica con la que te cruces. Como podrás observar sigue viva. Prueba a preguntarla si es ella la que puso con decisión la pieza del puzle que te permite ver el presente y el pasado… seguramente te diga que no es ella, que te has equivocado. Si la miras bien a los ojos notarás que no dice la verdad, pues en su cabeza estará pensando…. “¿cómo es posible que sepa lo de la pieza del puzle si al ponerla no había nadie a mi alrededor?”.