Sitiada tu infelicidad:
silencio.
Esperas…
¡¿pero cuánto tiempo permitir esa
transitoria desgracia?!
pues he oído de vidas enteras.
Mientras tanto, el inflexible
infinito:
tapona el hervor de la realidad.
No se oye nada.
¿dónde está el enemigo?
Silencio.
Lejano susurro.
Voces dispersas.
Bullicio, alboroto, estruendo.
No entiendo nada …
¿acaso alguien dice algo?
Creo que me he perdido:
¿cuál era el clavo ardiendo?
- La espera.
Imposible, ¡es una trampa!
Tienes que gritar suavemente: ¡ahora!
Con más color, más bravura:
¡AHORA!
Lo conseguiste. Eso es aire. Respira.